Por qué ser tratado con Osteopatía
Néstor Álvarez-Monteserín Manzano
La Osteopatía tiene una vocación eminentemente preventiva. Como tal, los mayores beneficios se obtienen cuanto antes se inician los tratamientos, obteniéndose los mejores resultados en la infancia.
No por ello los adultos dejan de beneficiarse de la Osteopatía, pero para comprender en qué se basa es interesante ver primero sus aplicaciones para los niños.En algunas circunstancias durante el embarazo, pero en muchos casos durante el parto se dan
situaciones traumáticas para el recién nacido. La expulsión del bebé, excepto en los casos ideales, le llevan a soportar grandes presiones, en gran parte sobre la cabeza, que es, en ese momento, la región del cuerpo más voluminosa. Las presiones pueden ser producidas naturalmente en el proceso del parto o pueden ser provocadas por la asistencia médica (epidural, maniobra de Kristeller, fórceps, etc).
Los traumas del nacimiento sin resolver pueden derivar en algunas secuencias bastante comunes de problemas que pueden persistir a lo largo de toda la vida. A continuación se van a ver algunos ejemplos por los que un bebé es tratado en Osteopatía y por los que un adulto también puede beneficiarse:
Dificultades para alimentarse, cólicos y excesivo llanto. Como consecuencia de las
deformaciones de la base del cráneo, la cintura escapular, el diafragma y sus pilares durante el parto. Esto puede llevar al bebé a dormir poco y a estar agitado. A pesar de que las dificultades digestivas se suelen ir resolviendo en los primeros meses, la costumbre de dormir poco y estar inquieto puede persistir. Esta continua necesidad de actividad puede evolucionar más adelante en dificultades para concentrarse o en hiperactividad, lo cual puede tener consecuencias una vez que el niño va a la escuela. Así mismo el exceso de actividad y la falta de sueño acaban dejando al sistema inmune sin energía, siendo el niño más propenso a las infecciones a repetición (sinusitis, Dolores de cabeza. Empiezan a darse en niños a partir de los 7 años, como consecuencia de compresiones importantes a nivel del cráneo o las cervicales que no han sido liberadas de bebé.
Trastornos hormonales. Debido a un funcionamiento insuficiente de la glándula pituitaria, que está sufriendo las tensiones y presiones acumuladas en el cráneo desde el nacimiento. Esto puede conllevar un retraso en el crecimiento, retraso en la pubertad, reglas irregulares y dolorosas en las Dolores de espalda debido a una mala postura. Pueden aparecer en cualquier momento de la vida y ser consecuencia de la forma en que se nació.
Asimetrías de la mordida. Debidas a deformaciones del cráneo no resueltas durante el parto. Puede conllevar tensiones exageradas de la mandíbula, bruxismo, artrosis precoz de la articulación de la mandíbula, dolores de cabeza, dolores cervicales, etc.
A pesar de que en todos estos ejemplos lo ideal es reconocer y tratar cuanto antes a los bebés que pudieran presentar traumas del nacimiento no resueltos, ello no quiere decir que de más mayores y en la edad adulta no podamos beneficiarnos de la Osteopatía. Caídas, accidentes, enfermedades y dificultades emocionales pueden ocurrir en cualquier momento de la vida y serán más difíciles de sobrellevar por las personas que tengan traumas de nacimiento no resueltos. En esos casos se pueden resolver las tensiones generadas por el trauma más reciente pero también se puede remontar a los traumas no resueltos del inicio de la vida favoreciendo ampliamente la recuperación del paciente y previniendo recaídas.
Néstor Álvarez-Monteserín Manzano se ha formado como osteópata en la escuela ATMAN de Niza y es miembro del registro de osteópatas en España con número MROE: 354
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